STEAM MACHINE: EL FUTURO DEL GAMING EN PC DEPENDE DE RESOLVER EL PROBLEMA DEL ANTI-CHEAT EN LINUX

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Valve ha vuelto a apostar por el hardware con el anuncio de su nueva Steam Machine, una consola compacta basada en SteamOS, el sistema operativo de la compañía construido sobre Linux. Aunque la propuesta promete acercar el gaming en PC a un público más amplio, hay un obstáculo técnico que podría frenar su éxito: la incompatibilidad con los sistemas anti-cheat más utilizados en juegos multijugador competitivos.

¿Qué es la Steam Machine?

La Steam Machine es una evolución del concepto iniciado con la Steam Deck. Se trata de un dispositivo de salón que busca ofrecer una experiencia de juego similar a la de una consola, pero con la flexibilidad de una PC. Corre SteamOS, lo que permite suspender juegos, limitar cuadros por segundo para ahorrar batería, y acceder a toda la biblioteca de Steam sin necesidad de Windows.

El Talón de Aquiles: El Anti-Cheat

El problema radica en que Linux no permite ejecutar software anti-cheat a nivel kernel, como lo hacen Windows y otras plataformas. Esto significa que títulos como Fortnite, Valorant, Call of Duty, Battlefield 6 y otros juegos populares no pueden ejecutarse de forma nativa en SteamOS. Aunque Valve ha logrado compatibilidad parcial con sistemas como BattlEye y Easy Anti-Cheat, muchos desarrolladores aún se niegan a habilitar soporte para Linux debido a la facilidad con la que se puede manipular el sistema para hacer trampas.

En palabras de Phillip Koskinas, ingeniero de Riot Games:

“Puedes manipular libremente el kernel, y no hay llamadas en modo usuario que confirmen que es genuino. Podrías crear una distribución de Linux diseñada para hacer trampa y estaríamos perdidos”.

¿Qué Está Haciendo Valve?

Valve espera que el lanzamiento de la Steam Machine motive a los desarrolladores a reconsiderar el soporte para Linux. La compañía cree que, al tratarse de un dispositivo más orientado al multijugador que la Steam Deck, los incentivos para habilitar anti-cheat serán mayores. Sin embargo, esto depende de que la Steam Machine tenga éxito comercial y logre una base de usuarios significativa.

¿Hay Soluciones?

Una opción es instalar Windows en la Steam Machine, pero esto sacrifica rendimiento y la experiencia tipo consola que Valve busca ofrecer. Otra posibilidad sería que Valve desarrolle su propio sistema anti-cheat más robusto, aunque VAC (Valve Anti-Cheat) no ha demostrado ser suficiente para los estándares actuales de seguridad en juegos competitivos.

La Steam Machine tiene el potencial de revolucionar el gaming en PC, pero su éxito dependerá de resolver un problema técnico complejo: la compatibilidad con sistemas anti-cheat en Linux. Si Valve logra convencer a los desarrolladores, podríamos estar ante una nueva era de juego libre de Windows. Si no, la Steam Machine podría quedar relegada a un nicho de jugadores singleplayer e indies.

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